Cuando acabamos de dar la clase de juegos cooperativos, la verdad es que nos sentíamos bien por el trabajo que habíamos hecho los cuatro y por los resultados que se vieron reflejados en la clase, pero siempre hay aspectos en los que se puede mejorar, por lo que nos pusimos a reflexionar con el profesor sobre qué podríamos haber cambiado si tuviésemos que repetir la sesión de nuevo. Finalmente llegamos a la conclusión de que el circuito estaba bastante desvinculado de la primera parte de la sesión y pensamos que hubiera sido mejor incluir algún elemento que le diera continuidad a la idea inicial de diferenciar el trabajo cooperativo del trabajo en grupo.
Pensándolo a posteriori, podríamos haber introducido, siguiendo la misma metodología, algún juego no cooperativo en el que los alumnos, a partir de lo que habían estado practicando y aprendiendo, tuvieran que idear modificaciones que le harían a dicho juego para transformarlo en uno cooperativo, por ejemplo. Otra idea podría haber sido que los alumnos de un equipo pensasen un juego, en grupo o cooperativo, a partir de unos elementos comunes (globos, conos, aros...), que lo presentaran a los demás y que estos tuvieran que identificar si se trata de un tipo o de otro, argumentando y debatiendo las razones en una puesta en común con toda la clase.
Por otro lado, cometimos también, en nuestra opinión, un error de planificación: uno de los desafíos duraba bastante más que los otros (el lazarillo, imagen de abajo), aproximadamente el doble que los demás, de media, y eso impedía que hubiera una adecuada rotación de los grupos por esa posta. No obstante, y por suerte, planteamos más postas de desafíos que grupos, de forma que, si un grupo había acabado su reto, tenía siempre otro libre al que acudir. Esto nos permitió camuflar un poco nuestro error, aunque provocó que varios grupos tuvieran que esperar un tiempo para poder pasar por dicho desafío.
La (auto)crítica es el camino para la mejora. MI consejo es que busquéis fuentes fiables, rigurosas e interesantes en las que inspirar vuestras propuestas. Hay muchas personas que han pensado y planteado circuitos con retos cooperativos muy interesantes (sin ir más lejos, Velázquez en el vídeo que hay el post de la asignatura). No hay ningún problema en reproducirlos en clase. Para aprender necesitamos imitar. Si no, que se lo digan a los músicos o los artistas!
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